¿Viste la Luna de color rojizo alguna vez? La refracción de la luz del Sol en la Tierra nos permite apreciar este fenómeno de eclipse total de Luna.
Desde prácticamente todos los continentes del planeta a
excepción del Este de Asia, Australia e Indonesia, se pudieron distinguir la
luminosidad y el colorido que se producen cuando la Tierra se interpone entre
el Sol y la Luna.
Esta visión pudo ser contemplada por todos, ya que como ha
explicado la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el
Hemisferio Austral (ESO), a diferencia de los eclipses solares, los lunares se
pueden observar sin ningún instrumento especial y no producen ningún riesgo a
la vista. Con binoculares o telescopios, siempre es mejor para captar más
detalles, pero no es necesario.
La ESO explica que un eclipse de luna “ayuda a comprender
nuestro lugar entre los 8 planetas del sistema solar, permitiendo una verdadera
visión tridimensional del Universo, en que la Tierra, la Luna y el Sol ejecutan
un sincronizado ballet en el espacio”.
¿Por qué la Luna se pone rojiza durante el eclipse y no se
oscurece?
Porque la atmósfera terrestre filtra la luz del Sol sin
bloquearla completamente. Los rayos solares se descomponen al pasar por la
atmósfera; esta filtra las radiaciones de longitud de onda más corta que son de
color azul, dejando pasar las radiaciones de longitud de onda más larga, que
son rojas.
La Luna puede tomar tonalidades desde naranjo hasta rojo
cobrizo o marrón, según el nivel de contaminación de la atmósfera: mientras más
contaminada esté la atmósfera, más oscuro será el color de la Luna.
A continuación te mostramos de manera más clara como se produce este fenómeno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario